miércoles, 25 de febrero de 2009

House lo dijo

La religión no es lo que Marx dijo que era: "el opio del Pueblo" en realidad era más simple que eso:


"La Religión es el Placebo del Pueblo"


(Parece increíble que una cita que no había oído antes y que me parece tan acertada, sea fruto de una serie americana de médicos, como no "made in Dr. House")

¿Que somos?

Esta pregunta tan complicada es muy simple de responder en la boca de un maestro. Abruma en algunos casos la clarividencia que se puede llegar a alcanzar en la vida.

Hoy me quedo con una frase profunda en su reflexión, pero simple, que da fe de que los sabios están sueltos por el mundo, sólo hace falta escucharlos:

"Lo que somos y lo que hemos llegado a ser es debido en un 90% al sistema de relaciones que tenemos yt sólo el resto podemos decir que es sólo nuestro".

En resumen: Somos lo como la gente que está a nuestro alrededor nos moldea.

(por cierto, el autor de esta frase es mi maestro portugués)

lunes, 23 de febrero de 2009

100 Palabras

Casi nazco en Portugal por culpa de un queso y cuando me sacaron (aún no me tocaba) lo hice en medio de una calima de agosto provocada por el volcán islandés Hekla. De mi tierna infancia me quedo con María y mis padres, del cole con Luís y Jose. En el insti me hice persona y encontré los amigos que son ahora hermanos. En la universidad aprendí a aletear y me crucé con Gisela en quien hallé mucho de lo que me faltaba, después comenzamos a volar. Ahora, lleno de futuros, proyectos e ilusiones sigo volando, sigo en el aire…

jueves, 19 de febrero de 2009

MiopíAmor

Parece que son los jueves (con el fin de semana asomando por la puerta de la oficina) los que me inspiran a pensar en temas más filosóficos, alejados de lo cotidiano y de las tareas...

Aunque tengo que confesar que esta reflexión (por llamarla de alguna manera) viene de la mano de un cuento leído anoche, de un buen amigo mío (él sabe bien quién es) y ronda sobre la curiosa relación que él construye entre miopía y amor. Es sabido (y algo se ha hablado ya en este blog) que el amor tiene que ver mucho con la química pero esto va más allá de relaciones fisiológicas y se centra en emociones.

Cualquiera que sea miope entenderá la sensación que uno tiene cuando va por la calle sin gafas (cuantas más dioptrías más entendimiento, probablemente), todo lo cotidiano se vuelve extraño, de todo lo conocido emerge una cara nueva, la realidad se transforma. Y precisamente ESO tiene bastante parecido a la sensación que uno experimenta cuando de repente se enamora... todo cambia en tu vida, de repente las cosas cambian aunque son las de siempre... te vuelves miope de repente!

Algunos cínicos (no enamorados) pensarían que esto es una desgracia, que el amor atonta o te disminuye tu autonomía personal... a lo que yo respondo: "bendita dependencia, bendito atontamiento", o si no, ¿porque todos los humanos merecedores de ese calificativo nos enamoramos?

Como toda reflexion debiera de hacer, se me plantean más incógnitas sobre el amor y la miopía:

Cuando el amor se termina... ¿es que te han subido las dioptrías?
¿Son las gafas el instrumento necesario para no ir con cara de "tonto enamorado" todo el dia?
o quizás ¿es la operación de miopía la metáfora adecuada para el divorcio?

y una personal: ¿Somos los miopes más enamoradizos?

Sei lá!!

jueves, 12 de febrero de 2009

Poesía para el día a día

Lo podéis leer vosotros mismos en "el cuaderno de Saramago", enlace que está en un lateral de este blog, pero no me he podido resistir a iluminar mi propio blog con esta poesía, en forma de prosa, que hace que los propios problemas de la vida parezcan bonitos y que a su vez emerjan de tu interior las fuerzas para enfrentarte a ellos:

Decimos a los confusos, Conócete a ti mismo,
como si conocerse a si mismo no fuese la quinta y más difícil operación de las aritméticas humanas,
decimos a los abúlicos, Querer es poder,
como si las realidades atroces del mundo no se divirtieran invirtiendo todos los días la posición relativa de los verbos,
decimos a los indecisos, Comenzar por el principio,
como si ese principio fuese la punta siempre visible de un hilo mal enrollado del que bastase tirar y seguir tirando hasta llegar a la otro punta, la del final,
y como si, entre la primera y la última, hubiéramos tenido siempre en las manos un hilo firme y continuo del que no ha sido necesario deshacer nudos ni desenredar marañas,
cosa imposible que suceda en la vida de los ovillos,
y, si se nos permite otra frase de efecto, tampoco en los ovillos de la vida.


...sencillamente Saramago