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Esta entrada es una traducción libre del articulo publicado en blog BIGTHINK, que me llegó através ddel Facebook American Humanist Association, lo publica Adam Lee, con el título The Atheis-Progressive Alliance.
He
venido defendiendo desde hace tiempo una alianza natural entre ateos y
feministas, por la misma razón que hay una alianza natural entre ateos y
activistas LGBT; porque en realidad todos conocemos la opresión y
discriminación que radica en la religión, y debemos de comprender que mediante
la cooperación podemos disminuir el poder de la religión consiguiendo metas que
todos compartimos. A pesar de algunos recientes debates de alto nivel sobre
temas de sexismo y hostilidad en la comunidad atea, esta lógica política
todavía se mantiene como cierta, evidenciada por la encuesta
de Gallup del 29 de Mayo:
Estadounidenses
sin ataduras religiosas (identificados como ateos, agnósticos, o aquellos que
simplemente no tienen preferencia religiosa) se aproximan más a la idea liberal
sobre el aborto con una diferencia de 49 puntos (en porcentaje) 68% frente a un
19%, que se identifica con la idea “pro-vida”. Esto representa la máxima
correlación estadística de un subgrupo en EE.UU. frente a la opción liberal (o
“pro-choice”)
Estos
resultados son un fuerte argumento para los fundamentalistas religiosos y
aquellos antiabortistas de argumentos basados en la naturaleza: según la gente
va perdiendo sus creencias religiosas, sus visiones “pro-vida” decaen
simultáneamente. Si las posiciones antiabortistas estuvieran basadas en la
evidencia y la razón, entonces tendríamos todo el derecho de esperar que la
comunidad atea estuviera incluso más dividida, y no hubiera el abismo que hay entre los
religiosos y los no religiosos en el tema del aborto. Esta es
la misma lógica aplastante que se usa para concluir que el rechazo a la teoría de la
evolución está impulsada principalmente por las creencias religiosas.
Y
no es sólo una elección sobre el aborto o la evolución donde podemos ver el
filo que divide a los teístas de los ateos. Uno de mis primeros posts en el
antiguo “Daylight Atheism” hablaba sobre una Encuesta en Pew en la que se
preguntaba sobre la tolerancia a las torturas a sospechosos de terrorismo. Aquí
la diferencia no era tan abrumadora, pero todavía significativa, ateos y
agnósticos concordaban con 10 puntos de diferencia sobre los religiosos en que
la tortura nunca estaba justificada. Y, por supuesto con el matrimonio del
mismo sexo la diferencia entre religiosos y no religiosos es impresionante, con
una diferencia de 76 puntos porcentuales de apoyo.
Todos
estos datos apuntan a que, mientras que, no hay una necesaria conexión entre ateísmo y posturas políticas progresistas,
en la práctica normalmente encajan muy bien. Lo dejo ahí, para que vosotros,
los lectores, puedáis sopesar en qué se basa esto. ¿Son acertadas estas
posturas?, y los ateos, siendo el grupo más racional que existe en nuestra
sociedad, ¿son propensos a pensar así? (Esa es la posibilidad más útil para mi
argumento) ¿Debe ser nuestro rechazo común a lo que sostiene la religión lo que
nos una? ¿La ausencia de la creencia en “la otra vida” nos hace poner más énfasis
en la compasión y la justicia en esta vida? ¿O hay alguna otro motivo que no he
considerado?
Cualquiera
que sea la razón para esta correlación está claro que el crecimiento del número
de ateos y su influencia política es un desarrollo que debe ser bien recibido
por feministas, defensores de la ciencia, activistas homosexuales y otros
grupo que defienden valores progresistas. Como PZ Myers comentó, será la
progresiva fuerza ateísta, la que altere el paisaje político y sacuda los debates que
o bien están empantanados en un
punto muerto o dominados por grupos
de presión de la derecha dando un nulo resultado. Y hay un corolario obvio para los liberales: ya seas ateo o
no, todo lo que debilite el poder dogmático y autoritario de la religión
ayudará a que tus metas fructifiquen.
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