miércoles, 18 de agosto de 2010

Los antitaurinos dan fuerza a los toros

No me considero defensor de los toros, para nada, no he ido a ninguna corrida en mi vida (sí a algunas vaquillas y novilladas) y estuve en San Fermín, aunque no vi ni un toro. De hecho me considero más cercano a las posturas anti que a las pro. Pero debo confesar que no me gusta la prohibición que se ha hecho en Cataluña. No me gusta por que creo, que al final, no es una medida inteligente para los propósitos anti-taurinos.

Resumiendo brevemente y sin querer entrar en temas políticos (que creo que aquí son esenciales) me centro en el tema Toros sí - Toros no.

"La fiesta nacional" estaba muriendo poco a poco, cada vez menos plazas, cada vez menos espectáculos, cada vez menos toreros, cada vez la media de edad más alta entre el público (más o menos como en las parroquias). Pero ahora, sólo la presencia de un enemigo común (los anti-taurinos), les da un motivo más para que perdure su fiesta. Mientras que antes no era importante que los jóvenes pasaran completamente de los toros, ahora los que defienden la fiesta van a intentar inculcar este amor a la fiesta a sus generaciones futuras de cualquier forma, haciendo de esto un asunto de identidad personal.

En la fiesta de los toros justo cuando sale el toro viene el primer "tercio", la faena del capote, donde el torero da unos pases más largos con la muleta, que suele ser de color rosa por fuera y amarillo por dentro, luego viene el segundo "tercio", el picador, que es cuando el hombre a caballo con una "pica" pincha al toro para "espolearlo" y hacer que el tercer "tercio" sea más espectacular. Sí, sé que es bestia y no me gusta, pero creo que es un buen símil para definir lo que ha pasado, sólo que en este caso los taurinos ejercen de toro y los antitaurinos de picadores.

Así los ecologistas y defensores a ultranza de los derechos animales han "picado" a los taurinos, haciéndoles daño, sí, pero también dándoles más motivos y fuerza para seguir batallando en la defensa de su fiesta y haciendo cada vez más fuerza.

Creía que los toros sería una fiesta residual dentro de unos 50 años, pero después de esta medida prohibitiva ahora creo que no lo será en menos de un siglo.

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