Cuando el pasado 18 de junio
José Saramago nos abandonó de este mundo, sentí una pena mucho más grande de la que esperaba. Un sentimiento de incredulidad me abatió la cabeza al oir la noticia, no queriéndola creer, mientras una opresión en el corazón me decía que no podía ser de otra manera. Todos los que seguiamos su vida estábamos al tanto de su mal estado de salud y de su lucidez y aceptación ante la llegada de la muerte. Esa noticia de viernes debo admitir que ensombreció totalmente la alegría del descanso semanal que tenía por delante y decidí que leería todos y cada uno de los reportajes que publicaran en la prensa, como acto de constricción ante su reciente ausencia.
No sé explicarla el porqué de no haber hecho referencia a este acontecimiento tan triste e importante en este blog cuando falleció, simplemente no pude escribir sobre ello. Hoy (dos meses y medio después de su fallecimiento) me arrepiento y como excusas ante mi inacción escribo este post y me comprometo a recordarlo continuamente en este pequeño blog personal.
Son abundantes las referencias a Saramago en este blog, por lo que, más allá de su ausencia terrenal, siempre nos quedará su presencia en nuestros recuerdos, en las emociones de sus novelas y relatos y en todas en las horas que pasamos disfrutando con sus obras en nuestras manos y que nos sirvieron como crecimiento personal.
Con este fin, el de recordarlo como el gran escritor y mejor ejemplo, intentaré taer a este blog frases de este inigualable personaje.
Las primeras seleccionadas:"Si nos ponemos a pensar en las pequeñas cosas, llegaremos a entender las grandes."
"Ni las derrotas ni las victorias son definitivas. Eso les da una esperanza a los derrotados y debería darles una lección humildad a los victoriosos."
"Nunca esperé nada de la vida por eso lo tengo todo."
Siempre estarás en nuestro recuerdo.